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Fuente imagen: http://www.mincit.gov.co/mintranet/info/mintranet/media/pubInt5834.jpg |
Según el Diccionario de la Real Academia Española el término convivencia, procede del latín convivĕre (acción de convivir), e indica que convivir es “vivir en compañía de otro u otros”. Esta definición es muy simple y sugiere que hay convivencia por el solo hecho de cohabitar con los otros o existir junto a los otros. Este “vivir en compañía de otros” no implica o sugiere el tipo de relación que llevan quienes cohabitan un lugar o una situación. Al no dar claridad sobre el tipo de relaciones estas podrían ser activas o pasivas, positivas o negativas, en igualdad o desigualdad de condiciones, reciprocas o indiferentes.
María Moliner en el Diccionario de Uso del Español, va un paso más allá y define la convivencia como el “hecho de vivir en buena armonía unas personas con otras” (1992, 760). Esta definición ya le da un carácter positivo a la convivencia y añade un nuevo término que tiene grandes connotaciones como es la armonía. En el diccionario de Oxford la armonía es relación de paz, concordia y entendimiento entre dos o más personas, indicando que la convivencia tiene carácter benévolo y requiere del intelecto de las personas para ejercerla.
Desde las ciencias sociales se plantea que la convivencia es una necesidad humana y un factor importante para el bienestar, la felicidad e incuso para la salud de los individuos. Pero, para que haya convivencia debe haber respeto, tolerancia e incluso aprecio hacia los demás. La convivencia se puede dar en diversos niveles y por eso se habla de convivencia familiar, escolar, ciudadana, social, etc.
Según plantea el médico psiquiatra Enrique Rojas (1994) “convivencia es, ante todo, compartir, participar en la vida ajena y hacer participar al otro en la propia”. Sugiriendo que la convivencia implica solidaridad, cooperación, participación y reciprocidad.
Cuando aprendemos a convivir en los distintos escenarios donde nos desenvolvemos e interactuamos, fortalecemos las relaciones sociales y personales y avanzamos para superar el individualismo, la indiferencia, la discriminación, las discordias, la exclusión y otras situaciones negativas que se puedan presentar en nuestros diversos contextos, grupos y redes sociales.
El psicólogo Enrique Chaux, en su libro “Educación, Convivencia y Agresión Escolar” relaciona directamente la convivencia con las competencias ciudadanas que cada individuo debe fortalecer. Nos dice que los círculos de violencia e intolerancia, tienden a descomunarse, y todo aquello que altera una interacción armónica, se le atribuye a un descomunal problema de violencia aprendida que debemos desaprender.
Chaux menciona ocho competencias que considera fundamentales para la sana convivencia o convivencia pacífica:
- Manejo de ira
- Empatía
- Toma de perspectiva
- Generación creativa de opciones
- Consideración de consecuencias
- Pensamiento crítico
- Escucha activa
- Asertividad
Con base a esto podríamos decir que la convivencia es: “La interacción que se lleva a cabo diariamente gracias al fortalecimiento de las competencias ciudadanas”.
La convivencia favorece nuestro diario vivir como miembros de una sociedad y nos permite disfrutar de la compañía de los otros, interactuando con ellos y respetando su libertad, sus ideas y sus costumbres sin afectar a nadie. Pero, la convivencia no implica solo la relación entre los seres humanos, sino que también con la naturaleza, los animales y el entorno. Así entonces su complejidad aumenta y la profundidad de la interacción de los individuos con el medio en el que viven, pues entre otras cosas convivir es vivir en un espacio tiempo determinado, y esto incluye a todos los seres vivos.
Es necesario forjar una cultura para la convivencia, pero al presentar este concepto como algo que debemos construir y/o fortalecer, vemos que aún hay muy pocos avances en nuestra sociedad colombiana. Por eso traigo a colación una frase del religioso estadounidense King, Martin Luther (1929-1968), que considero apropiada a nuestro contexto: "Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos."
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Rojas, E. (1994) La conquista de la Voluntad. Colección fin de siglo. Ediciones Temas de Hoy, S. A. (T. H.), 1994 Paseo de la Castellana, 95. 28046 Madrid. Recuperado en: http://www.nirbhasa.com/imag/llibres/ROJAS%20ENRIQUE%20-%20La%20Conquista%20De%20La%20Voluntad.pdf
Giménez, C. (2011) Convivencia, Conceptualización y sugerencias para la praxis. Recuperado en: http://aulaintercultural.org/2011/10/24/convivencia-conceptualizacion-y-sugerencias-para-la-praxis/
Chaux, E. (2012) Educación, convivencia y agresión escolar. Recuperado en: http://www.editorialtaurus.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/201205/primeras-paginas-educacion-convivencia-agresion-escolar.pdf
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